Economía, integración y TICS

miércoles, diciembre 14, 2005

Presentan guía de cómo hacer negocios en la CAN en CD-rom en Lima

La Secretaría General de la Comunidad Andina presentóhoy una guía de "cómo hacer negocios en la Comunidad Andina" en CD-rom, quecontiene información útil para los empresarios y potenciales inversionistas.La presentación fue efectuada en el marco de una ceremonia presidida por elDirector de la Secretaría General de la Comunidad Andina, Héctor Maldonado,y el Director Ejecutivo de PROMPEX, Juan Carlos Mathews Salazar, enpresencia de gremios empresariales y empresas exportadoras e importadorasdel Perú. Héctor Maldonado explicó que el objetivo de este CD-rom es difundir lascaracterísticas, cualidades y potencialidades de los países andinos; elevarel nivel de conocimiento sobre la oferta exportable andina y promover lasinversiones informando sobre las reglas de juego para incursionar en elmercado andino. "Hemos querido hacer de esta herramienta una guía práctica para losimportadores y exportadores extrarregionales y los inversionistasextranjeros interesados en conocer las ventajas y oportunidades que ofrecenlos cinco países miembros de la Comunidad Andina", añadió Por su parte, Juan Carlos Mathews, destacó este esfuerzo de difundir unaherramienta útil para empresarios que de elementos y pistas comercialesimportantes para identificar posibilidades de intercambio comercial yalianzas estratégicas. La guía tiene cinco partes. La primera introduce y describe a la ComunidadAndina; la segunda, presenta los indicadores económicos y sociales de lospaíses de la CAN; y la tercera presenta las ventajas para hacer negocios enla CAN, con regímenes de comercio exterior, aduanales, tributarios,potencialidades de los sectores productivos, acuerdo bilaterales, regímenespreferenciales, entre otros. La cuarta parte señala las ventajas para invertir en los países, mostrandoel entorno macroeconómico, la normativa para inversión, los regímenes depropiedad intelectual, medio ambiente, oportunidades de sectores productivosy otros. En su última sección, el CD, que será distribuido entre los interesados,contiene un directorio de instituciones andinas a nivel de comercio,inversión, sanidad, medio ambiente, transporte y aduana.

lunes, diciembre 12, 2005

Soya boliviana y mercado andino: ¿el romance termina?


Entre cinco y diez años durarán las preferencias arancelarias en el mercado andino para la soya boliviana. Luego, esos mercados se cerrarán porque ingresará soya y derivados de cualquier país productor (especialmente EEUU) a menores precios que la soya boliviana. Las distancias y los costos de transporte hacen poco competitivo al grano boliviano, pero podría encontrar en el mercado chino una salida. De cualquier manera, se espera un bajón en la economía que gira en torno a la soya en Santa Cruz y el país.

Según la visión trazada en el Acuerdo Boliviano de Competitividad de la Cadena Productiva de Oleaginosas, dice que en el año 2012 el complejo oleaginoso boliviano habrá duplicado sus exportaciones consolidando sus mercados actuales y accediendo a nuevas oportunidades comerciales. Habrá convertido a Bolivia en el país con mayor productividad, alcanzando rendimientos de tres TM/ha, con una oferta competitiva, diversificada, diferenciada y con valor agregado en por lo menos cinco productos.
Esto ahora está en entredicho luego de que el Secretario General de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Allan Wagner, confirmara algo que ya se analizaba en los círculos productores soyeros: el mercado andino se abrirá y las preferencias arancelarias que la CAN dio al país terminarán en el corto o mediano plazo.
Bolivia exporta cada año más de 450 millones de dólares de soya al mercado andino; 212 millones al Perú, Colombia y Ecuador, países que negocian el TLC, y aproximadamente 240 millones a Venezuela, que viene restringiendo desde hace varios meses las ventas soyeras bolivianas a ese país que ha mostrado ya una caída de 80 millones de dólares en las exportaciones de oleaginosas, según datos del gremio exportador cruceño. La soya es el segundo rubro exportador del país, luego del gas natural.
Pero Bolivia perderá las preferencias arancelarias de la CAN, que le permitieron a la producción de soya convertirse en el segundo rubro de exportaciones, debido a la decisión de sus socios andinos de liberalizar su comercio con Estados Unidos. Es decir que los países andinos han decidido que el esquema de preferencias arancelarias vaya desapareciendo en el plazo que tome la implementación de los acuerdos de libre comercio con terceros. Desde 1992, todos los países andinos solicitaron negociar o tener libre comercio con terceros.
Hace pocos días Perú firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y en el corto plazo lo harán Ecuador y Colombia. Venezuela ya restringió sus compras de soya desde Bolivia. La opción de Bolivia para mantener por un tiempo más esas preferencias dependerá de que la soya y sus derivados se coloquen en la canasta de desgravación de más largo plazo, se espera que sean 15 años, que es lo que actualmente están negociando Perú, Ecuador y Colombia con Estados Unidos en el marco del TLC. Para ello el sector soyero, exportador y el Gobierno están desarrollando una estrategia de negociación con los países andinos.

Efectos

Según estudios de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo), el sector soyero representa el nueve por ciento del PIB nacional y el 18 por ciento del PIB regional y genera 60.000 empleos directos y 31.000 indirectos. Empero estas cifras se verían afectadas cuando se libere paulatinamente el mercado andino. Las alternativas son la apertura de nuevos mercados o la reconversión de la matriz productiva.
Una de las alternativas como mercado podría ser México, que ha proporcionado un cupo de 400 mil toneladas/año para la soya boliviana, pero aún resta que los exportadores lleguen con precios competitivos a ese mercado, que también está liberado para Estados Unidos, vecino de dicho país.
Otra opción, dicen analistas, que podría trabajarse es el mercado de la China, que demanda grandes cantidades de soya y que podría comprar soya boliviana sin aplicar aranceles. De cualquier manera, el efecto del bajón de la economía que gira en torno a la soya en Santa Cruz se verá directamente afectada.

Integración artificial

Varios analistas y economistas explicaron en su momento que el “boom” soyero tenía plazo y fecha de conclusión y que era imprescindible diversificar la oferta exportable boliviana.
Sin embargo, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) tiene una visión más optimista cuando su presidente, Hans Hartmann, dice que el sector oleaginoso, en ciertos componentes de la cadena, ha alcanzado niveles de competitividad exitosos, como en la producción primaria, que a partir de un incremento de la tecnificación en campo y las ventajas físicas del suelo ha podido lograr notables niveles de productividad por hectárea en el ámbito sudamericano.
“En el componente industrial existen plantas de procesamiento de soya (‘crushers’) que logran obtener manejos de economías de escala que superan a varios países dentro la región, como es el caso de Paraguay y Uruguay; inclusive alcanzando a algunas plantas de porte medio de Argentina y Brasil. Todo aquello, sin lugar a dudas deriva en un componente de exportación competitivo, que superando las limitaciones de infraestructura del país logra abastecer principalmente la demanda andina y otros mercados de forma permanente”.


Anapo: “Lucharemos por nuestros mercados”La Asociación Nacional de Productores de

Oleaginosas está en alerta por la actual situación de futura apertura total del mercado andino. Carlos Rojas, presidente de la principal organización de soyeros, explica algunos aspectos de la coyuntura.¿La estrategia de negociación con los andinos ya comenzó?, ¿cual es el estado actual?
Se sigue negociando con algunos países andinos para mantener nuestros mercados de las oleaginosas y en ese sentido, han mantenido contactos con representantes de Perú, no descartándose gestiones con otros mercados.Buscamos que nuestra producción de oleaginosas tenga las garantías y seguridad para que siga vendiéndose en el exterior.¿En su opinión, cuán competitivo es el sector soyero?
Los agricultores bolivianos tienen una desventaja de por lo menos 60 dólares en la producción de soya por hectárea en relación a los de otros países, ya que no cuentan con las condiciones adecuadas de logística para exportar, los caminos internos no son lo más adecuados y no se tienen los subsidios como en otros países.Es por ello que se deben mejorar las vías de exportación y los caminos para sacar la cosecha, además que se debe brindar seguridad jurídica sobre la tenencia de sus tierras, mejorar los canales de financiamiento para el pequeño campesino, destinar mayores recursos para investigación y extensión agrícola.En el caso de que las negociaciones no prosperaran...
Nosotros no esperamos que ello ocurra, porque nuestro sector es el que genera la mayor cantidad de divisas al país (500 millones de dólares al año) y de no contar con los mercados tradicionales, el que perdería sería el país, ya que miles de pequeños y medianos agricultores se verían obligados a volver a los cultivos no legales en los que muchos de ellos estaban anteriormente y de los que salieron para cultivar soya, maíz, frejol, maní y otras oleaginosas.Hay quienes piensan que vendrá una debacle de la economía regional...
Los ingresos que llegan por concepto de las exportaciones de oleaginosas no sólo benefician a todos los componentes de la cadena oleaginosa (transporte, semillas, etc.) de Santa Cruz sino a toda Bolivia, es por ello que no hemos pensado en una debacle, ya que vamos a seguir luchando por nuestros mercados y también buscando nuevas opciones, ya que el productor agrícola se ha caracterizado por estar en una constante lucha y con actitud positiva, sin distinción de nacionalidad y género.Cabe resaltar que tanto las autoridades de Gobierno encabezada por el presidente Eduardo Rodríguez, como la Secretaría General de la Comunidad Andina conjuntamente con los exportadores, industriales y Anapo venimos sosteniendo una serie de gestiones a nivel nacional e internacional.



Hans Hartmann, presidente del IBCE: “Bolivia deberá competir en desigualdad de condiciones”


La visión desde el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) es importante para comprender el panorama de la liberación de aranceles del mercado andino para la soya y sus derivados. Estas son las apreciaciones del presidente del IBCE, Hans Hartmann, sobre la temática.

En esta coyuntura es pertinente hablar de competitividad. ¿Cuán competitivo es el sector soyero boliviano?

El sector oleaginoso (soya, girasol y derivados, e incluso sésamo), en ciertos componentes de la cadena, ha alcanzado niveles de competitividad exitosos, tal es el caso de la producción primaria, que a partir de un incremento de la tecnificación en campo y las ventajas físicas del suelo ha podido lograr notables niveles de productividad por hectárea en el ámbito sudamericano.
En el componente industrial, existen plantas de procesamiento de soya (“crushers”), que logran obtener manejos de economías de escala que superan a varios países dentro la región, como es el caso de Paraguay y Uruguay; inclusive alcanzando a algunas plantas de porte medio de Argentina y Brasil.
Todo aquello, sin lugar a dudas deriva en un componente de exportación competitivo, que superando las limitaciones de infraestructura del país logra abastecer principalmente la demanda andina y otros mercados, de forma permanente.

¿Cuáles son los factores de competitividad que hay que mejorar?

De acuerdo a lo diagnosticado en el Acuerdo Boliviano de Competitividad de la Cadena Productiva de Oleaginosas existen factores de competitividad que deben mejorarse, como: desarrollo tecnológico e investigación de variedades convencionales (así como de transgénicas), mejora de la productividad por hectárea, inversiones y mejoras en la infraestructura rodoviaria, ferroviaria y fluvial; preservación y apertura de mercados; acceso al financiamiento; garantía energética y desarrollo de fuentes de energía alternativas; fomento a la demanda interna de oleaginosas; y seguridad jurídica en tenencia de tierras.

¿Qué se busca con la negociación con los andinos sobre una prórroga en las ventajas arancelarias?

Se debe recordar que las exportaciones del sector se han orientado tradicionalmente hacia los mercados de la Comunidad Andina (CAN) por las ventajas arancelarias derivadas de la zona de libre comercio andina. La CAN demanda el 87 por ciento de la oferta exportable en la gestión 2004. Es justamente por la importancia del mercado andino que Bolivia debe tener como objetivo principal el preservar el mismo por el máximo plazo posible.

¿Cuál cree que sea el futuro del sector soyero y oleaginoso luego de que los países andinos firmen un TLC con EEUU?

El comercio exterior es muy dinámico y está afectado por variables políticas y sociales en los diferentes mercados, por lo que es prácticamente imposible imaginarse escenarios de mediano y largo plazo.
Sin embargo, Bolivia aguarda que el tratamiento que se dé a los productos del sector oleaginoso en los acuerdos que se arriben en el proceso de negociación de un Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y tres países andinos resulten consecuentes con la “sensibilidad” de Bolivia. Lo que sí es un hecho es que el país enfrentará la apertura inevitable de sus mercados cautivos y deberá competir en desigualdad de condiciones, enfrentando el sobrecosto del transporte. Frente a ello, los esfuerzos por mejorar la competitividad no deben provenir sólo del sector privado, sino también del Gobierno.

¿Podría pensarse en una debacle de la economía regional a partir de la pérdida de esos mercados cautivos?

El esfuerzo realizado por el sector productor-exportador oleaginoso alcanza mercados externos en beneficio de Bolivia en su conjunto y esto debe ser respaldado por acciones gubernamentales que permitan una mayor competitividad sectorial. Esta debe conseguirse en plazo que implica la apertura de su principal mercado.


La competitividad de la soya


Si se comparan los costos de producción de la soya con los de los principales países productores, como Estados Unidos, Argentina o Brasil, Bolivia tiene los mayores costos de producción, pero no por los costos directos sino por los elevados precios y las condiciones del transporte que deben pagar los exportadores. La soya boliviana emplea transporte fluvial y marítimo que encarecen el costo final de la soya y sus derivados.
Por ello la apertura de los países miembros de la CAN en sentido de que otorgarán un trato en igualdad de condiciones a terceros países, en este caso Estados Unidos, significa una disminución de la demanda de soya boliviana.
Frente a este panorama, los exportadores bolivianos están buscando alternativas para incrementar la productividad del grano de soya, una de ellas ha sido la de probar en la última campaña con la siembra de semillas transgénicas R-R, para poder abaratar los costos de producción. En un estudio reciente, Fobomade (Fondo Boliviano para Medioambiente y Desarrollo) señala que la producción con semilla R-R realizada en Argentina no incrementa la productividad, ni ha logrado disminuir sustancialmente los costos excepto para grandes superficies.
Sin embargo, según la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo) opina lo contrario. En la campaña de invierno se sembró una variedad de semillas modificadas genéticamente en 40.000 hectáreas, con lo que los costos operativos por hectárea se abaratarán. Los productores soyeros, especialmente en el norte cruceño, tienen gran expectativa por la apertura de nuevos mercados.A partir de dicha campaña, está autorizada la producción, la comercialización y el uso de variedades de semillas de soya genéticamente modificadas dentro del marco de un plan de emergencia autorizado por el Poder Ejecutivo.Con esta nueva modalidad de siembra se ahorrará, aproximadamente, 30 dólares por hectárea y ello permitirá un ahorro global de 1,2 millones de dólares al sector gracias a las 4.000 toneladas de semillas transgénicas.Entre las variedades autorizadas están la tambaquí, la 80-80 y otras semillas que provienen de Argentina y las mismas serán sembradas en Montero, Minero, Okinawa, Chané, San Pedro, Colonia Piraí y Peta Grande, ubicadas en el norte cruceño.
Según estudios del Cipca, la soya aporta el seis por ciento del PIB boliviano, ocupa el segundo lugar en las exportaciones, después de los hidrocarburos, representando casi una cuarta parte de las exportaciones, el año pasado ha generado 387 millones de dólares y cada año genera 45.000 empleos directos, sin contar el sector de transporte y comercio. Las 973 mil hectáreas cultivadas en la última campaña representan más de un tercio de la superficie cultivable, en su gran mayoría (77 por ciento) son pequeños productores, quienes cultivan entre uno y 50 Has, un 21 por ciento son medianos –entre 51 y 1.000 Has– y un dos por ciento son grandes productores con superficies mayor a 1.000 Has.


El aporte de la soya a la economía

De acuerdo a datos proporcionados por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) el aporte del sector en la economía regional y nacional, es el siguiente:

- 9 por ciento del PIB Nacional.- 18 por ciento del PIB del Departamento de Santa Cruz.
- Crecimiento en producción: 400 por ciento en los últimos 15 años.- Crecimiento en área cultivada: 593 por ciento en los últimos 15 años.- 45 por ciento de superficie cultivada nacional, y 70 por ciento de Santa Cruz.- Genera 60.000 empleos directos y 31.000 indirectos.- Consume 80 millones de litros de diesel por año, para producción primaria.- Genera 142 mil viajes de camiones en el año para transportar la producción primaria a silos.

En cuanto a la importancia del sector oleaginoso en el comercio exterior boliviano, se debe mencionar que las exportaciones de Bolivia al mundo para la gestión 2004 sumaron 2.184 millones de dólares americanos, a las cuales el sector oleaginoso aportó con un 21 por ciento, fruto de la exportación de 462 millones de dólares americanos.
Considerando sólo el valor de las exportaciones no tradicionales (881 millones de dólares en la gestión 2004), las ventas de oleaginosas significaron un poco más del 52 por ciento de las mismas.


El mercado mexicano está abierto para la soya boliviana

Además de los mercados andinos, el mercado mexicano comenzará a absorber una parte de la producción soyera y oleaginosa del país. México comprará a Bolivia 400 mil toneladas de soya y sus derivados (torta, aceites crudos y refinados), lo que equivale, aproximadamente, al 20 por ciento de la producción soyera del departamento de Santa Cruz. Eso quiere decir que Bolivia accederá al mercado de México con productos del sector oleaginoso, libre de gravámenes, con ese cupo.
México también abrió la posibilidad de comprar carne vacuna, azúcar, productos forestales y manufacturados, según fuentes de la Cancillería boliviana. Esta será la primera vez que se incluyan productos agroindustriales en el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado por ambos países hace diez años, dicen ejecutivos del IBCE, entidad que estima que las futuras exportaciones representarían 200 millones de dólares. Ese cálculo se establece basado en los actuales precios de los aceites y las harinas de soya en el mercado internacional.
La Comunidad Andina de Naciones (CAN) en la actualidad compra aproximadamente el 90 por ciento de la producción boliviana de soya y sus derivados, siendo los principales mercados Venezuela y Colombia.
Los datos del IBCE dan cuenta que las exportaciones de soya y sus derivados en la pasada gestión alcanzaron la suma de 434,3 millones de dólares. El volumen de la producción alcanzó también un récord, más de 1,2 millones de toneladas. Hasta marzo de este año las exportaciones de los productos soyeros y oleaginosos sumó 71,4 millones de dólares.
El principal mercado para la producción oleaginosa del país es Colombia, pero constantemente se ponen trabas a las exportaciones bolivianas.
Este año visitaron el país misiones de empresarios mexicanos, quienes están interesados en otros productos como los minerales, muebles de madera, confecciones de pelo fino o algodón, manufacturas de cuero, productos agrícolas y agroindustriales, dice el IBCE.


La CAN intenta ayudar a los productos soyeros bolivianos

Perú y Estados Unidos ya tienen un TLC (Tratado de Libre Comercio), con ello comienza la cuenta regresiva en las firmas entre los países andinos. Con el acuerdo, Perú consolida el ATPDEA y asegura el mercado norteamericano para los espárragos, las alcachofas y otros productos de agroexportación. En propiedad intelectual no se aceptó patentes de segundo uso, ni patentes de métodos terapéuticos. Estados Unidos reconoció biodiversidad y conocimientos tradicionales, y Perú aceptó cuota de “cuartos traseros de pollo” con desgravación de 16 años.
Al mismo tiempo, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) mueve sus influencias a favor de Bolivia para que los TLC entre los andinos y Estados Unidos afecten en el mayor plazo posible las exportaciones de soyas y sus derivados.
El secretario general de la CAN, Allan Wagner, envió cartas tanto a la Secretaría de Estado y al representante de Comercio de los Estados Unidos, Condoleezza Rice y Robert Portman, respectivamente, como a los ministros de Relaciones Exteriores, Comercio y Agricultura de Colombia, Ecuador y Perú.
Bolivia no quiere que la soya y sus derivados sean colocados en las canastas de desgravación arancelaria de corto plazo. Para el país es indispensable que la soya sea objeto de desgravación en el mayor plazo posible, a fin de permitir a los productores mejorar su productividad y competitividad a través de una complementación con los países andinos y otros del continente.
En la XIII ronda de negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio, EEUU solicitó a Colombia, Perú y Ecuador una cuota de mercado para su producción de oleaginosas. Los países andinos quedaron en analizar este pedido. Según ha informado la Cámara Agropecuaria del Oriente, Estados Unidos subsidia cada año a su sector agrícola con una suma cercana a los 900 millones de dólares, lo que le permite competir en mejores condiciones que otros países en terceros mercados.
***

Profesor Javier María Iguíñiz, de la PUC Perú: “Hay que hacer viables las empresas y el empleo fuera de las grandes ciudades”

Javier Iguíñiz

Los países de la Comunidad Andina de Naciones guardan una característica común y es que se componen de grandes centros urbanos, pocos en número, y una gran cantidad de localidades despobladas.

La Universidad Andina Simón Bolívar, sede La Paz, recibió la visita del profesor Javier María Iguíñiz, jefe del departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, para intercambiar ideas con los estudiantes sobre las alternativas para hacer viable la creación de empresas y la generación de empleo en las zonas alejadas de las grandes urbes de los países andinos.
Los países miembros de la Comunidad Andina de Naciones guardan una característica común y es que se componen de grandes centros urbanos, pocos en número, y una gran cantidad de localidades poco pobladas. “En Perú es muy claro que Lima lo es todo, con más de siete millones de habitantes, y luego viene Arequipa con un décimo de esa población. En Bolivia hay un eje de tres ciudades importantes, lo cual es interesante”, comenta.

Ejes de acción

En ese entendido, es necesario reflexionar en algunos ejes de acción que permitan que existan empresas y, por ende, empleo de calidad y sostenible en el tiempo. El plantea detenerse a pensar en al menos cuatro.
El primer eje es revertir la desventaja que es la distancia, eso implica ir más allá del mantenimiento y construcción de carreteras, lo que significa cambiar la naturaleza del producto transportado. “Hay que añadir más valor por unidad de peso”, explica y da el ejemplo de la fruta deshidratada y la fruta fresca. “Con la fruta fresca transportamos más peso por el agua” y agrega que en el caso de la soya boliviana se puede aplicar este concepto: la soya implica grandes volúmenes y peso y poco valor, lo mismo que el aceite de soya. Consecuentemente, es necesario pensar en buenas transformaciones de los productos y añadirle la mayor cantidad de valor agregado para vender lo más caro posible, haciendo menos relevante el factor de la distancia.
El segundo eje es en torno a la realidad de que los países andinos son muy diversos y las distancias son muy grandes. Esto nos lleva a pensar, dice Iguíñiz, que se debe producir inevitablemente poco de muchas cosas, lo que a su vez implica producir de calidad para vender caro, como los productos orgánicos que están siendo impulsados en varios países de la región andina.

Educación y ciudades

Sobre el tercer eje, el profesor explica que se refiere a la educación y calificación de los recursos humanos. “No hay una cultura descentralizada de la educación, se estudia para migrar lo antes posible de la provincia a la gran ciudad. El reto es retenerlos con educación para un proyecto”, apunta. No obstante, existen recursos humanos capaces de hacer frente emprendimientos pero requieren apoyo, oportunidades y mercados.
El cuarto eje es el desarrollo de las ciudades para que sean “vivibles”, o sea que tengan buena educación y todas las facilidades para el desarrollo de las empresas como telecomunicaciones, todos los servicios básicos, etc.
Estos cuatro ejes son, sucintamente aclara, parte de una serie de alternativas para hacer viable el empleo en las zonas alejadas, pero se trata de los más difíciles a enfrentar.
Parte de este paquete, añade, es la viabilidad política que se tiene en las regiones, pues de ahí parte el arranque de las iniciativas para el cambio y el crecimiento.(ESM)